Uno de los servicios que se utilizan en las Comunidades es el que pueden ofrecer los profesionales del Derecho: los letrados o abogados.

Existen problemas en las fincas que no tiene por qué resolver el Administrador. A veces, a éste, se le exige información y soluciones que no puede aportar, debido a que entran en el campo del Derecho y éste corresponde a los letrados, consideración que debe tener en cuenta el Presidente de la Comunidad y los propietarios.

Debe acudir a un letrado si existe alguna circunstancia que lo requiere: reclamación de impagados, contratos, obligar al cumplimiento de los acuerdos de la junta, proceder contra los propietarios que alteren algún elemento común no permitido por la Ley, por la División Horizontal, los Estatutos, Normas de Régimen Interior y acuerdos de Junta.

Si se busca el asesoramiento de un profesional evitará  conflictos futuros. Lógicamente, estos servicios tienen un costo que será  compensado con la tranquilidad de hacer las cosas correctamente.

Debe comprender que los letrados no tienen la última palabra, son los Jueces. Pero si la Comunidad aporta al Letrado toda la documentación, (actas y acuerdos de juntas,   cuentas, etc. ), podrá  tardar más o menos el juicio, dependiendo del Juzgado, - pocas veces de los letrados- y el pleito será , seguramente, favorable a Comunidad. A ningún letrado le interesa retrasar un pleito, cuanto antes terminen, antes pueden dedicar su esfuerzo a otros casos y a otros clientes.

No podemos dejar de informar sobre la situación de la justicia y el sufrimiento que tienen que padecer los presidentes y administradores debido a la presión de los vecinos, todo por el hecho de que afirman que el letrado no se preocupa, que el juicio no sale, que el juicio se ha perdido, que todo se eterniza. Pero la culpa no es de los letrados, la culpa es, posiblemente, de la acumulación de demandas que se deben resolver en los juzgados y fundamentalmente por la falta de medios de esta, disponemos de un sistema judicial muy arcaico dado en el tiempo que vivimos.

A veces se presentan las demandas y tardan en asignarse a los juzgados correspondientes, se pierden los documentos, no se citan para las pruebas, no se estudian los documentos y los pleitos sin resolver se acumulan, pero nadie tiene la culpa, nadie es responsable, a nadie se le puede pedir responsabilidad. ¿Qué responsabilidad se puede esperar de parte de aquellos que deben inculcarla a los irresponsables cuando existe una aparente falta de ella en los Organismos Oficiales   para tratar los casos?.

Se imparte justicia, en algunos casos, con prepotencia, no se aceptan sugerencias y reclamaciones, contestan cuando quieren, pero si tiene que presentar un escrito el letrado, tiene un plazo marcado y si se le pasa ya no puede hacer nada, solamente sufrir y encima llevarse una bronca del cliente.

A veces, la organización, como norma, es una perfecta desorganización.

Los letrados que sufren a diario el comportamiento de los centros en donde se debe impartir justicia pueden ser perjudicados si en algún momento se enfrentan, con toda la razón del mundo, a algunos de los colaboradores de los impartidores de justicia, no tienen medios ni Gobierno que les ponga. Es decir, hay que ser muy pacientes y resignados.

Por eso, Sr. Presidente, Sr. Vecino, no sea impaciente, esto es así, si quiere lo toma y si no lo deja, o a esperar su turno y, posiblemente, el demandado haya desaparecido, fallecido o los testigos, pero esto   puede ser así.

Tampoco responsabilice a los letrados de las sentencias que reciba, se dan toda clase de paradojas, casos iguales, con igual temática, (si son varias a veces se reparten en dos o tres juzgados), en uno las puede ganar y en otro perder. Puede reclamar cantidades a un moroso sin que le condenen en costas, cada parte se paga las suyas. Puede reclamar a un propietario que retire una instalación, sin autorización y que modifica los elementos comunes, ganar el pleito y las costas que cada parte se pague las suyas. Algunos de los que imparten justicia, está  claro, que no entran, muchas veces, al análisis de los asuntos, pero el problema ya no es solamente éste, es que nadie puede pedir responsabilidades, se puede eternizar y el coste puede ser mayor para nada. ¿Por qué‚ para nada?. Muy sencillo, algunos de aquellos que tienen que exigir responsabilidades son otros que imparten éstas.

Consulte a los letrados y solicite asesoramiento, pero no intente que le digan lo que quiere oír.

Otras veces se dice que no hay legislación suficiente al respecto. Por falta de legislación no se pueden dejar sin castigar los delitos que se comenten. Sres. Legisladores, legislen y soliciten asesoramiento a los profesionales de la materia correspondiente.

No debemos olvidar que si las leyes están bien hechas los impartidores de justicia no tendrán que estar interpretando éstas y, como somos humanos, cada uno lo hace como puede y estima oportuno, con buenas Leyes, claras, que se puedan entender por todos, y amplias en cuanto a la temática no se plantearían tantos juicios, sobre todo en asuntos cotidianos.

Está  claro que debemos confiar en la justicia, pero algunos de los que la imparten deben evitar que se dude. Hay que ser serios y además demostrarlo. De todas formas, Sr. Presidente, si tiene problemas con algún vecino que no paga, que quiere hacer lo que le da la gana en la finca, que se salta las reglas, que no cumple la Ley, no le queda más remedio que acudir a un profesional, pero no descargue su irascibilidad contra él, normalmente no tiene la culpa, ya sabe a que se debe. Acuda a un profesional.


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